N.H.H.
¡A que no hay huevos a
seguir leyendo esta entrada!
Si has seguido leyendo
por curiosidad, mejor no sigas leyendo. Si lo has hecho porque realmente "sí
que hay", continúa. Esta entrada va dedicada a gente como tú.
De gente como tú han
salido los personajes más importantes de la historia de la humanidad. ¿No me
crees? ¿Por qué crees entonces que Cristóbal Colón descubrió América? ¿O por
qué Neil Armstrong viajó a la Luna? ¿O por qué Miguel Ángel pintó toda la
Capilla Sixtina? Todos ellos tuvieron en algún momento de su vida un
amigo, enemigo o familiar que les dijo que no había huevos a: embarcarse en una
aventura por el Atlántico, subirse a un cohete o pintar una inmensa capilla.
Está claro que tú no
eres una persona tan importante como estas, pero estoy seguro de que tienes una
colección inmensa de momentos buenos, y no tan buenos, precedidos por un
"no hay huevos". Aquella vez que te dijeron que no había a
hacer puenting y acabaste en el hospital. O esa otra vez que
no había a raparse el pelo y estuviste varios meses echando de menos
tu larga melena. O esa vez que no había a coger la moto de
tu padre y acabaste en comisaría. La mayoría de ellos acabarían en tragedia,
pero tu orgullo quedaba intacto cada vez que hacías una
de estas cosas. Porque esta es la principal causa que explica por qué
actúas así: para conservar tu orgullo.
¡Y no me parece
mal!
Como ya he dicho,
la gente como tú acaba siendo gente importante en la vida. Porque, aunque dejen
de utilizar la dichosa expresión ("no hay huevos") siempre
es gente que hace cualquier cosa por mantener su orgullo sano. Y con el paso
del tiempo, estas cosas necesitan ser cada vez más trascendentes para
satisfacer su orgullo. Por lo tanto, poco a poco van ascendiendo y acaban
siendo políticos, médicos, astronautas, científicos...
Así que un consejo: no
dejes nunca de tener huevos a hacer cualquier cosa.
Luis P.
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